Informe INDH: Misión de observación a centros residenciales de protección SENAME
16/02/2018Entre los meses de enero y abril de 2017, se desplegó un equipo de más de 60 profesionales del Instituto Nacional de Derechos Humanos en una visita a 171 centros de todas las regiones del país, en una misión de observación, que tuvo como objetivos: i) evaluar las condiciones de cumplimiento de los derechos humanos al interior de los centros; ii) evaluar las condiciones laborales en que se desempeñan los funcionarios de los mismos; y iii) indagar sobre eventuales vulneraciones de derechos a niños, niñas y adolescentes (NNA) residentes en dichos centros. Con este marco, se realizaron entrevistas a los directores de los establecimientos, se encuestó a los trabajadores de los mismos y se entrevistó –mediante un cuestionario estructurado aplicado por psicólogas clínicas- a 401 niños, niñas y adolescentes residentes, lo que significa –a partir de una población total en Chile de 2.688 NNA de 8 a 17 años institucionalizados- que la muestra tiene un porcentaje de error del 4,5% sobre esa población. Además, se realizó una descripción del estado de la infraestructura y equipamiento de los centros mediante una ficha de observación.[1]
Es importante señalar que en Chile, en la actualidad, existen 250 centros de los cuales solo 11 corresponden a Centros de Reparación Especializada de Administración Directa (CREAD) por parte del SENAME; todo el resto es administrado por organizaciones colaboradoras acreditadas, lo que equivale al 95,6% del total.
De entre los resultados del estudio, se identifican 10 temáticas relevantes de destacar:
- Perfil de niños, niñas y adolescentes (NNA)
A partir de la muestra de 401 NNA entrevistados, se desprende que la población de estos centros es fundamentalmente femenina: el 63,5% corresponde a niñas y adolescentes mujeres. El 60% de ella, tiene entre 8 y 13 años de edad. El grupo predominante lo constituyen niñas de entre 8 y 13 años, que representan un 37,8% del total.
- Perfil de los trabajadores
Del total de trabajadores entrevistados, la mayor parte corresponde a mujeres, con un 87,9%, lo que da cuenta de una feminización del personal en los centros del SENAME.
- Condiciones de vida y cuidado
Al indagar por las condiciones de la infraestructura e instalaciones, el informe da cuenta que en general las necesidades básicas (disponibilidad de camas; acceso a baños, comedor y cocina) están satisfechas; sin embargo, en las observaciones efectuadas se destaca que en ocasiones la calidad de dichas instalaciones no es la óptima y no se está en condiciones de proveer adecuada calefacción, recreación, espacios comunes y condiciones para el resguardo de la identidad y privacidad de los NNA. En este sentido, resulta preocupante que en un mismo dormitorio convivan adolescentes con niños y niñas de menor edad, o que no se les separe por sexo, lo que tiene una prevalencia cercana al 20% de los casos.
Los centros, asimismo, presentan en un 21% sobrecupo; en el 12,5% de estos casos el sobrecupo puede llegar al 50% mientras que en el 3%, el sobrecupo puede ser superior al 75%.
En materia de alimentación, resulta crítico destacar que en un 1,6% de los establecimientos a los NNA se les entrega solo entre 1 y 2 comidas diarias, lo que ocurre en el 3% de los centros que acogen a lactantes y preescolares. Las niñas y niños entrevistados declaran en un 16% pasar hambre en el establecimiento.
El 22% de los NNA considera que el personal a cargo de su cuidado no siempre le da un trato respetuoso y cariñoso. El 34% declara que existe trato discriminatorio (por género, apariencia física u otras características de personalidad[2]) por parte de los funcionarios del hogar hacia ellos o compañeros de centro.
- Vinculación con el medio
En un 4% de los Centros se declara que los NNA no se encuentran autorizados para hablar con el juez directamente en caso de requerirlo. Si bien el 72% de los centros reporta que durante la última visita de los jueces de familia los NNA pudieron hablar con ellos, según el testimonio de los NNA, solo el 32% de ellos tuvo la posibilidad de hablar con el juez que visita periódicamente el establecimiento.
- Educación
Si bien el 93% de niñas y niños entrevistados asiste a un establecimiento educacional, solo el 88% de los niños entre 14 y 17 años lo hace, lo que está 8% por debajo el promedio nacional. El 20% presenta retraso escolar. Solo el 78% de los NNA recibe apoyo en sus tareas.
Una cifra que resulta preocupante es que solo el 77% de los centros declara “autorizar” a los padres a participar en las reuniones de apoderados. Indica el informe que sumado “[a] la vulneración de derechos que han generado las medidas de protección, se suma la falta de garantías sobre su derecho a acceder y progresar en el sistema educativo.”[3]
- Familia e identidad
El 40% de los centros estudiados pone algún tipo de restricción a los horarios de visita de la familia. El 30% no admite más de dos visitas a la semana. Además, en el 57% de los casos, el centro se encuentra fuera de la comuna de origen familiar, lo que potencia un eventual desarraigo, sentimiento de soledad, pérdida de identidad o “abandono progresivo” de la familia.
Parte de las cifras más preocupantes del informe dice relación con que un 16% de los centros estudiados utilizan el retraso al ingreso de visitas de los familiares como sanción, y que el 13% reporta suspender las visitas por el mal comportamiento del niño o niñas. Al respecto, el INDH señala que el “marco dado por las orientaciones técnicas del SENAME [es] muy amplio, discrecional e impreciso para desarrollar acciones de re-vinculación familiar y reforzamiento de la identidad, lo que posibilita prácticas (…) muy diversas para el ejercicio de los derechos de los NNA.”[4]
- Salud mental
El 69% de los NNA de 14 o más años presenta sintomatología de cuadro depresivo. Resulta también preocupante que el 45% de quienes presentan al menos uno de estos síntomas señala no haber podido acceder a un psicólogo o psiquiatra dentro o fuera del centro. El 70% de los NNA con al menos un síntoma de depresión indica no encontrarse en tratamiento.
- Violencia institucionalizada
8 de cada 10 NNA encuestados declararon haber recibido algún tipo de castigo durante los últimos 12 meses por parte de algún miembro del personal. Vale destacar la presencia de un 15% de casos en que se priva de contacto con la familia como forma de castigo; un 7% que es dejado sin comida; un 7% comunica que ha sido encerrado; el 12% señala haber sido “contenido físicamente”, es decir, contención con el cuerpo o manos de manera de inmovilizar al menor. El 46% de los NNA reportó haber sido victimizado por parte del personal del centro mediante maltrato psicológico durante los últimos 12 meses. El 12% ha sido agredido físicamente de manera leve mientras el 6% lo ha sido de manera grave (como recibir patadas o quemaduras de cigarro).
- Violencia entre pares
El 48% de los NNA entrevistados indicó haber sido objeto de manera reiterada de maltrato físico y/o psicológico. La violencia afecta por igual a niños y niñas, y con independencia de su edad. De dicho total, el 46% ha sido violentado psicólogicamente; el 13% lo ha sido de manera física reiteradamente. Al respecto, resulta crítico que al menos un 19% de los centros no cuenten con protocolos para atender este tipo de situaciones.
- Abuso sexual
Por último, el estudio arrojó que de los NNA entrevistados en 23 casos se reportó el sufrimiento de abuso sexual durante los últimos 12 meses. Ello corresponde a una prevalencia del 6,4%. Además, se identificaron otros 4 casos ocurridos en el centro actual o anterior, y un caso que fue identificado luego de haber realizado el estudio general, en una visita particular realizada a un centro. Se tomó conocimiento, asimismo, de otros 5 casos ocurridos con anterioridad al periodo considerado.
Es tristemente destacable que 8 de cada 10 abusos sexuales son experimentados por niñas, lo que indica una feminización de las víctimas de abuso. En el 78% de los casos, el abuso sería cometido por otro menor de edad, mientras que en un 7% el abuso fue efectuado por un adulto del centro. En el 69% de los casos, la víctima sigue en contacto con la persona que habría cometido el abuso. El 52% declara haber sufrido abusos en reiteradas oportunidades, mientras que el 66% de los NNA que reportaron abusos lo experimentaron cuando tenía menos de 14 años.
Las conclusiones del estudio son numerosas y de variado orden. De entre ellas destacamos las siguientes:
- Toda prohibición de relación entre un familiar y el niño o niña bajo protección del Estado, debe estar fundada en una resolución de la autoridad judicial, en base a la realización de su interés superior.
- El Estado debe establecer criterios uniformes, dirigidos a las residencias, en la regulación de los días, horarios y frecuencias de las visitas de familiares u otros adultos significativos a niños o niñas residentes, así como de las actividades a realizar, la supervisión y desarrollo de las mismas.
- No se debe establecer como sanción la prohibición de visitas a niños o niñas o su comunicación con familiares o adultos significativos, ya sea por mala conducta del o la residente, o por atrasos de los familiares.
- Desarrollar medidas para preservar la identidad de los niños y niñas residentes, como, por ejemplo, la existencia de un libro de vida que permite la reconstrucción de su pasado y el registro de su experiencia en el centro.
- Atender la estabilidad emocional de los y las cuidadoras y profesionales que trabajan en los centros, de modo que puedan cumplir la función de sostén y contención de niños y niñas.
- Se debe promover el conocimiento y observancia de los protocolos existentes elaborados por SENAME, por parte de los y las trabajadoras, en materia de maltrato. Asimismo, se debe promover el conocimiento y observancia de la ley N° 21.013 que sanciona el maltrato a niños y niñas, adultos mayores y personas con discapacidad perpetrado por quienes tienen un deber de cuidado.
- Con el fin de permitir a niños y niñas residentes el derecho a ser oídos y denunciar hechos de abuso sexual, resulta imprescindible generar las condiciones que garanticen efectivamente su ejercicio. (…) El mecanismo de denuncia no debería ser una sola pregunta dirigida a los niños y niñas, ya que no necesariamente una pregunta será suficiente para una develación de abuso.
Especialmente en materia de abuso sexual, los y las trabajadoras de las residencias deben estar capacitadas y contar con las competencias para una escucha efectiva a los niños o niñas, a fin de identificar situaciones de riesgo o de abusos sexuales consumados.
[1] Ver metodología e instrumentos en Instituto Nacional de Derechos Humanos. (24 de Enero de 2018). Misión de Observación SENAME 2017. Recuperado el 15 de Febrero de 2018, de INDH – INSTITUTO NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS: https://www.indh.cl/destacados/mision-de-observacion-sename-2017/
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